A cada quien le toca su cuota de culpa en esto. La culpa interna me refiero. O podríamos llamarlo: las teclas internas.
Un viernes en la noche es sinónimo de fiesta y alcohol. Éste me vino con cambio de plan y como no me cuesta mucho quedarme en casa leyendo o viendo una buena película, así lo hice.
Noche de fuga, de película
Cuando vi por primera vez la película, Shawshank Redemption (Sueños de Fuga), con Tim Robbins y Morgan Freeman, no dudé ni un segundo en catapultarla y estimarla como una de mis películas favoritas. Esta noche era para rendir tributo al alma y darle play a una de esas “películas favoritas”.
Es la segunda vez que la veo y es inefable la emoción que me produce semejante pieza. Una película con todos los atributos correspondientes aplicables al género drama. Y por supuesto que, ahora que no puedo dormir, por qué no abusar de eso y subir al ático a escribir un poco.
Yo estoy completamente seguro que mucho de ustedes ya vieron esta película. El que no, debería, en este preciso instante, dejar de leer esto, levantarse de la silla e irse corriendo a la tienda de videos más cercana a rentarla.
Probablemente no lleguen lagrimas, lo que sí puedo asegurar es que alguna nota de su piano interno va a sonar.