Hey!
De nuevo por acá, hoy para hablar un poco de la Vinotinto, nuestra selección (al menos la mía), que dio un paso firme, rotundo y gigantesco en el continente y seguro que en el mundo.
Se dijeron muchísimas cosas, la mayoría feas y que no cayeron nada bien y fueron esas, la que originaron este post.
La idea que quiero desarrollar tiene que ver con un pensamiento que debemos erradicar en absoluto.
Sentirse ofendido por lo que diga un mexicano, un chileno, un argentino, un croata o póngale usted la nacionalidad que quiera, es caer en el error más grande de todos, incluso si es un periodista o (pseudo) como les suelo llamar a algunos en el twitter.
Esto por qué lo digo; porque siento que mucha gente (no todos), necesitan del aval de alguno de estos tipos para corroborar que la Vinotinto sigue y sigue creciendo. Y saben qué, no es así; no necesitamos que nadie nos diga nada al respecto porque nosotros mismos lo estamos viendo y viviendo.
Entonces ojo con eso, es hora de no prestar atención a esos comentarios, destructivos que hablan desde la envidia y la mediocridad periodística. Es hora mas bien de abrir nuestros ojos vinotinto y ser crítico con los nuestros, enfocar y canalizar nuestras energías en seguir agrandando nuestro mundo y no en destruir e insultar a quien poco entiende de nuestro fútbol y/o costumbres. Los de afuera que sigan cegados, problema de ellos.
Mis ojos tienen un solo color, Vinotinto, ¿y los tuyos?