Siempre había querido hacer esto. Un post acerca de los errores más comunes con lo que a diario nos encontramos en la calle -a la hora de hablar- y que algunos por simple lógica no se deberían cometer.
Vayamos al grano.
Un error muy común es cuando se dice la hora.
Vayamos al grano.
Un error muy común es cuando se dice la hora.
Grafiquemos con el siguiente ejemplo, por cierto muy literal
Ves a una chama muy bella y te dices a ti mismo, ésta es; te le acercas, pones cara de desintersado y lo sueltas...
- Hola, disculpa, ¿cómo estás? si no es mucha molestia, me podrías decir la hora.
Ella por supuesto se voltea con una sonrisa angelical, que te sorprende y llena de confianza y te contesta.
- Sí, claro. Son la una y media.
En ese momento es como si el mundo se acabara. Ni tiempo para darle las gracias tienes. Te quedas pensando en cómo semejante belleza puede haber caído en el error más grotesco y mayúsculo del universo castellano. A partir de ahí ya no la ves como la princesa de tus sueños: contrariamente, ella pasa a ser una guacha, sin educación, incluso comienzas a verle manchas negras en la cara, sus dedos empiezan a parecer las pezuñas de un avestruz, su piel luce como una lija desgastada por el óxido de un tubo viejo y así un largo etcétera de características que la van convirtiendo en un elemento ruin y despreciable. Casi como un orco femenino.
Te vas pensando por qué dijo "son la una", por qué. Es más, te arrepientes de habérselo preguntado.
Y al final te fuiste y no la viste más nunca...
¡FIN!
Ella por supuesto se voltea con una sonrisa angelical, que te sorprende y llena de confianza y te contesta.
- Sí, claro. Son la una y media.
En ese momento es como si el mundo se acabara. Ni tiempo para darle las gracias tienes. Te quedas pensando en cómo semejante belleza puede haber caído en el error más grotesco y mayúsculo del universo castellano. A partir de ahí ya no la ves como la princesa de tus sueños: contrariamente, ella pasa a ser una guacha, sin educación, incluso comienzas a verle manchas negras en la cara, sus dedos empiezan a parecer las pezuñas de un avestruz, su piel luce como una lija desgastada por el óxido de un tubo viejo y así un largo etcétera de características que la van convirtiendo en un elemento ruin y despreciable. Casi como un orco femenino.
Te vas pensando por qué dijo "son la una", por qué. Es más, te arrepientes de habérselo preguntado.
Y al final te fuiste y no la viste más nunca...
¡FIN!
Ahora pasamos a la sencilla corrección de este -estúpido pero muy común- error.
¿Dónde está la falla?
Sencillo, en el "Son", que además de eso suena sin son (al musical me refiero), y es que "Son" denota pluralidad y cuando dices la hora y es la una de la tarde o de la mañana, hablamos de algo singular. Por ende, lo correcto es decir "Es la una y media" o "Es la una de la mañana" etc.
Así como éste, en esta primera entrega de "Mejorando el habla", les cito otro muy común, o mejor lo dejo para octubre...
Este mes de septiembre no me ha sentado bien...
Nada bien!
Saludos,
jL
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