jueves, 3 de mayo de 2007

Ir al estadio (Caracas vs Santos)

Ayer se jugaron los primeros partidos de ida de octavos de final de la Copa Libertadores 2007, donde nuestro flamante Caracas F.C., logró un valioso empate frente al mejor equipo del torneo, el Santos de Brasil. Santos había terminado invicto la primera ronda ganando todos sus partidos y permitiendo un solo gol en contra.

El Caracas, equipo con peores números en la primera manga, debía enfrentarse a este superpoderoso de todos los tiempos de Brasil, con Ze Roberto en sus filas y dirigidos por el ex técnico del Real Madrid, Vanderlei Luxemburgo. Con todo y eso los Rojos del Ávila salieron a buscar el partido desde el primer minuto.


Yo estuve ahí


Después de casi matarme por las infernales calles de Caracas, llenas de carros, motos, autobuses y GENTE caminando, logré llegar al Ólímpico -de la UCV-, me esperaba mi entrada, pero faltaba alguien: Nano. Después de unos minutos logramos entrar, el juego estaba en el minuto 4'. Cambio en Brasil, salía lesionado alguien. Volteo a la pizarra y está mala, gracias -este escenario será sede de 2 juegos de la Copa América, Barreto ponte pilas-; sin restarle importancia, escucho que estamos cero a cero, pues todo bien entonces. Ya ubicados comenzamos a detallar el estadio, el gramado, IMPECABLE, hay que decirlo; aunque terrible las zonas de acceso, tierra, construcciones, charcos de agua que parecían piscinas y si le sumamos el rutinario desorden de los venezolanos, sabrán el resultado.


Los panas quieren cerveza


Pues es obvio que con entradas a 20 mil, las más caras -5.60$-, el estadio se llenaría. Tanto así que en un estadio donde no hay sillas, los grandes abusadores se tomarían la libertad de sentarse en los pasillos, impidiendo el acceso hacia la parte de arriba de vendedores, etc, etc,. Bien, después del gol imprevisto del Santos en el primer tiempo, era necesario tomarse una cerveza. Comenzaba el calvario. Acompañé a 2 amigos, después de escarbar la selva -con animales incluídos- sacamos los remos y llegamos al gran puesto de Cerveza. Yo pedí mi agua y éstos, terminaron por decirle al vendedor de la cervezas que llevara la caja. Y así fue.


Seguía llegando gente


El Caracas jugaba mejor y los brasileños de forma extraña, aún cuando iban arriba en el marcador, sabían que era ficticio, tras lo que se estaba viendo en el terreno. Los venezolanos dominaban claramente al equipo de Luxemburgo, quien no dejaba de caminar inquietamente y hacer reclamos incesantes a sus jugadores. A todas estas corría el minuto 40' del primer tiempo y seguía entrando gente al estadio y, es que lo mejor estaba por venir.


Un juego para el olvido


El zurdo Rojas, siempre de actuaciones si se quiere regulares, ayer tuvo un día 'para la mierda' como se dice en argot futbolístico cuando nada te sale, y es que el primer gol del Santos llegó por un fallo de él y así como esa, reiteradas equivocaciones. En el minuto 9' del segudo tiempo en una gran escapada de él -donde se pudo haber reivindicado- sufrió una fuerte falta lo que provocó la expulsión de unos de los brasileños. El Universitario se venía abajo, era como el Coliseo Romano, esperando la lucha de sus mejores gladiadores, era apoteósico. Quedaban con 10 y nosotros cada vez jugábamos mejor. Un minuto más tarde, llegó el premio al que hacía mejor las cosas, al que jugaba mejor fútbol, al que hacía vibrar a su gente: Caracas. Ivan "La Champeta" Velásquez, nos hizo gritar de alegría.


Una bomba y carnaval


Cuando los teníamos locos, en una jugada previa a una falta inexistente que sólo vió el arbitro, vino el golazo de Kleber; un balón al ángulo que ni un F-16 con 4 motores podría haber alcanzado. Pero dicen que el que ríe de último ríe mejor y así fue. Caracas siguió buscando el juego con peligrosas llegadas de Edder Pérez -el mejor de la cancha, sin duda- hasta que lo consiguió en el minuto 87' a través de Leonel Vielma. El estadio se caía, se abrazaban conocidos y desconocidos como si fueran familiares, algo para la historia.


Este resultado es mejor para los brasileros, es cierto. Un empate a 2 que los pone con inmensas posibilidades de seguir avanzando, pero nada está escrito y este año el Caracas ha demostrado ser un peligro en calidad de visitante. Ahora por encima de esto, me quedo con lo que gana el Caracas: el respeto de un continente que siempre nos trató como la cenicienta del fútbol y que hoy sufren no sólo para ganarnos, lo hacen para empatarnos y hay que decirlo, lo hacen con suerte y es porque no es mentira que hemos crecido. Por otro lado también me llevo la imagen de un equipo que con mucha calidad técnica, un plantel unido, mucha pasión; hacen soñar no sólo a una ciudad sino a un país entero y que pueden tener seguro que los seguiremos apoyando, en el Paraiso, en la UCV, en Cúcuta o donde les de la gana a la Conmebol.

1 comentario:

Liselotte dijo...

buu yo estaba en plena clase de matematica durante el partido... luego "almorzando" en arquitectura oi gritar a la gente goooooooool