lunes, 1 de octubre de 2007

De celos y otras locuras

Esta mañana mientras tomaba mi respectivo desayuno me puse a hojear los titulares de la prensa del diario El Universal, hasta que uno atrajo mi atención. Ese titular decía lo siguiente "En Caracas 2 mujeres mueren a manos de sus parejas cada 10 días". Lo que me puso a reflexionar durante todo el trayecto a la oficina, sobre las posibles causas de esto.

Si las muertes se dan en esa medida, no quiero imaginar la cantidad de "accidentes" que se deben estar dando en algunas casas mientras yo estoy escribiendo esto, (cuando digo accidentes me refiero a maltrato físico). Porque es cierto que las parejas tienen problemas, pero de ahí a vivir con relaciones donde la fuerza predomine al amor, al respeto y al deseo, es superfluo.

¿Hasta qué rincón del cerebro puede un "humano", creerse el dueño de alguien?

La respuesta probablemente tenga cabida en esas frases que se dicen a la hora del acto sexual, por ejemplo: "soy tuya", "eres mía", "si me dejas no sé que haría", etcétera, etcétera; las cuales supongo, creo, intuyo, pienso, deben filtrarse por algún lado directamente hacia nuestro subconsciente creando una fortaleza que en un momento determinado se desmorona al chocar personalidades. Claro, que hay muchos tipos de colisiones y cada una está dada según los mapas y leyes mentales previamente aprendidas durante la carretera. Y aunque haya química entre los cuerpos, se compartan gustos, creencias y estilos de vida, las coordenadas las dictan nuestras conductas aprendidas (también hay que sumarle algo de herencia genética, está comprobado).

Los números que no conocemos


Está en agenda la creación de tribunales destinados a atender estos casos que son muchos, demasiados diría yo, y es que para que se quieran abrir 92 tribunales de primera instancia, es porque ya la alarma está a punto de romper los tímpanos de muchos. Ahora más allá de estos casos, están aquellos que no son denunciados, por miedo de las mujeres a peores consecuecias por parte de sus amados "Brutus".

Si bien es cierto que hay mujeres (y hombres) que no saben manejar sus vidas personales, hay una dosis de veracidad en el hecho que hay mujeres (y hombres) a las que les gusta ser maltratadas, o al menos es la impresión que dejan. Probablemente sean éstas las que no denuncian nada. Posiblemente posterior al golpe sean bien recompensadas (o manipuladas) con una rosa, un polvo y un lindo perdón. Pero vamos, que es grave este asunto y no se corrige a los 20, 30 ó 40 años. Esto debe ser educado de raíz. Las personas nacen libres... dice el primer artículo de la declaración de los derechos humanos, y así debe ser. Con ese concepto hay que crecer.

No esperar tanto de esa persona que está con nosotros es mejor a veces que volarse los tapones con ideas que sólo afectan al que las tiene. Aún cuando sean ciertas. Ser frío para tomar decisiones es difícil, pero al cabo de un rato, todo vuelve a ser normal.

Por ejemplo, Ya septiembre terminó.

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